8/12/07

Por fin llegó...

Está aquí, ha llegado, se anuncia a bombo y platillo en radios, televisiones y otros medios, invade nuestras calles vistiéndolas como un putiferio de carretera, como si de una amante chantajista se tratase nos propone todo tipo de sucias alternativas donde malgastar el dinero. Se viste de envidia a costa de comprar décimos para no hacernos sentir idiotas o rácanos, esboza falsas sonrisas de confraternización durante las insoportables cenas de empresa sólo amenizadas por las arengas etílicas y sinceras de algún asalariado en el que el vino ha hecho estragos y que será la comidilla del café a media mañana durante meses mientras el mequetrefe apenas recordará cómo llegó a su casa aquella noche.

Este año me había propuesto firmemente intentar aislarme tanto como pudiera de todo lo que tuviera un leve tufillo a la protagonista del post de hoy: la Navidad. Pero mira tú por dónde que en los dominicales ya no sólo vienen mas de 150 páginas dedicadas a tan fastuosas y deprimentes fiestas sino que como material bonus no sólo venía el folleto de Media Markt sino…un folleto de…PETARDOS (y no de los que se fuman).

En efecto podría parecer increíble, ¡cómo me iba a olvidar de tan amenos personajes! Esos que deseando compartir su felicidad con el resto del vecindario a las tres de la mañana inician una mascletá espontánea provocando anginas de pecho y respingos por doquier. Joder qué fiestas tan redondas: consumismo brutal, intoxicaciones etílicias, llantos en las cenas, colas en todos lados, ni un puto taxi de noche..y PETARDOS A GRANEL.

20 páginas del catálogo dedicado a los petardos ‘Más de cien establecimientos en toda España con 28 años de experiencia’ reza el folleto de
Petardos CM. Entre sus artículos fetiches están los ‘Superfalleros’ el ‘Trueno Barreno’ o ‘La traca enrollada con más de 1000 petardos’ todo acompañado de ofertas del tipo 6x3 o 5x3 ‘compra conjuntamente con amigos o familiares…’ …por supuesto válidas hasta el 5 de Enero porque hay que dar por culo…en Navidad.

Dios quiera que mis vecinos hayan sufrido una ceguera momentánea y no se hayan percatado de esta publicidad porque de lo contrario se puede producir una masacre al primer estallido cercano a mi casa. Y es que me pregunto: ¿qué cojones le ve la gente a tirar petardos? ¿Dar la nota, sentirse observados, poderío, extravagancia…?. Puedo llegar a comprender la cultura de fuego y pólvora de Valencia, pero un pringado borracho dando tumbos con un gorro con cuernos de alce jugándose los dedos de su mano mientras intenta prender la mecha con las manos temblorosas en medio de cualquier calle viéndose observado por los ojos inquisitorios del resto de los viandantes una vez el puto petardo ha estallado es lo más próximo a la descripción de patetismo que conozco…en cualquier caso no desentona con la más patética de las épocas del año: la Navidad.

¿Qué podían hacer con los petarditos?. Pues adjunto un vídeo de lo más explicativo.


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