14/12/07

Por amor, a la muerte

Tengo la suerte de haber disfrutado de la música de Héroes del Silencio cuando estaban en activo (y durante su vuelta hace escasos meses) aunque me enamoraran algo más tarde que a la gran mayoría de mis contemporáneos. Ahora que mis gustos musicales han madurado, y quizás por eso, puedo apreciar lo mejor que Héroes nos ha dejado: a Bunbury en solitario. Posiblemente hace quince años no habría sabido degustar al inmenso solista de los maños, es más, lo he descubierto un poco tarde pero es más que suficiente y me doy por satisfecho. Revisando su discografía me he encontrado con un tema que sin ser suyo (y los tiene muy buenos) me produce escalofríos cada vez que lo escucho: 'El Jinete' de Jose Alfredo Jiménez. No me canso de dar al repeat en la versión en directo: la cadencia tristísima, la letra desoladora, el piano plañidero, el dolor que la empapa.



La historia desoladora de 'El Jinete' me recordó a otra canción que nada tiene que ver ni en estilo, ni en origen ni en su interpretación. No se trata ni más ni menos que La Canción del Legionario (El Novio de la Muerte) interpretada por Javier Álvarez. Dejando aparte arengas patróticas (no soy sospechoso de defender a ultranza los estamentos militares y los pilares patrióticos y creo que Javier Álvarez tampoco) la opinión general es que trata acerca de la historia de un soldado que, siendo el más valeroso de la Legión y en un acto heroico, da la vida por su bandera...pero profundizando un poco en la letra se observa que la historia es mucho más doliente y sórdida: se trata de un hombre que se alistó en la Legión para hacerse novio de la muerte y reencontrarse con su amada que había fallecido antes, es decir, que lo que le mueve no es su patria ni la gloria militar sino morir cuanto antes fruto de su dolor y de su amor perdido y a partir de ahora su nuevo amor (su novia) será la Muerte. De hecho en un momento de la letra el amante (antes de ser legionario) le escribe a su amada que si en algún momento Dios le llama (a ella) para él un puesto reclama y a buscarla pronto irá y de ahí que se aliste en la Legión (quizás por ser el camino más corto hacia el final más allá del suicidio).
Adjunto parte de la letra donde se pone de manifiesto que esta historia es previa a que él se aliste en la Legión:

Nadie en el Tercio sabía
quien era aquel legionario
tan audaz y temerario que a la Legión se alistó.
Nadie sabía su historia,
más la Legión suponía
que un gran dolor le mordía
como un lobo, el corazón

Y al regar con su sangre la tierra ardiente,
murmuró el legionario con voz doliente:
Soy un hombre a quien la suerte
hirió con zarpa de fiera;
soy un novio de la muerte
que va a unirse en lazo fuerte con tal leal compañera.
Cuando, al fin le recogieron,
entre su pecho encontraron
una carta y un retrato de una divina mujer.
Y aquella carta decía:
"...si algún día Dios te llama,
para mí un puesto reclama
que buscarte pronto iré".
Y en el último beso que le enviaba
su postrer despedida le consagraba.
Por ir a tu lado a verte
mi más leal compañera,
me hice novio de la muerte,
la estreché con lazo fuerte
y su amor fue mi ¡Bandera!

Es decir, que su amor (por ella) es su bandera (no, el amor a la bandera en sí).
Claro, estas frases disfrazadas de marcha militar y cantadas a voz en grito por los
legionarios en formación, con la mirada al cielo, la camisa abierta y la cabra pululando por las inmediaciones pues, efectivamente, parecen un una exaltación del heroismo hasta la muerte por la nación y la bandera. Pero escuchadas a Javier Álvarez (autor que, por otro lado, no me entusiasma aunque admito que esta versión me estremece) tiene un cariz muy distinto (en el Youtube sólo he encontrado este vídeo, casi sería mejor evitar las imágenes ya que, en este caso, sí son de puro cariz patriótico aunque la música tenga otro sentido completamente distinto):





Y es que después de leer y escuchar la versión de 'El Novio de la Muerte' su letra no es muy distinta de algunos de los pasajes de 'El Jinete'.


Adjunto letra:

Por la lejana montaña
Va cabalgando un jinete
Vaga solito en el mundo
Y va deseando la muerte
Lleva en su pecho una herida
Va con su alma destrozada
Quisiera perder la vida
Y reunirse con su amada

La quería más que a su vida
Y la perdió para siempre
Por eso lleva una herida
Por eso busca la muerte
Luego se pierde en la noche
Y aunque la noche es muy bella
El va pidiéndole a Dios
Que se lo lleve con ella
La quería más que a su vida
Y la perdió para siempre
Por eso lleva una herida
Por eso busca la muerte
En su guitarra cantando
Se pasa noches enteras
Hombre y guitarra llorando
A la luz de las estrellas.
Después se pierde en la noche

Y aunque la noche es muy bella
El va pidiéndole a Dios
Que se lo lleve con ella


En un caso 'un gran dolor le mordía como un lobo el corazón' en el otro 'lleva en su pecho una herida y va con el alma destrozada'. En un caso le dice a su amada ' a buscarte pronto iré' en el otro 'va pidiéndole a Dios que se lo lleve con ella'. Son dos canciones calcadas en temática y sentimiento desolador, interpretadas habitualmente ante públicos bien distintos y versionadas de una forma magistral (desgarradora la de Bunbury e intimista la de Álvarez). Como fruto de ambas, el título del post.



Por cierto, para conocer el verdadero origen de 'El Novio de la Muerte' - cupletero, quién lo diría - visitad este interesante, cofrade y patriótico blog

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