22/7/08

La onda expansiva de My Bloody Valentine


¿Qué esperas cuando vas a un concierto? ¿Y cuando vas a un festival? A la primera pregunta se puede responder con ilusión, la segunda, a priori, puede crear algo de desasosiego. Pues bien, eran las 19.30 de la tarde cuando llegué al Recinto Juan Carlos I y encuentro el siguiente panorama: más de treinta grados, un sol abrasador (y yo sin gafas de sol), la grada VIP alejada del escenario y a los Babyshambles haciendo el gilipollas – a eso no se le puede llamar música - coreados por una minilegión de fashion-victims. TODO empezaba mal.

A la entrada del recinto me habían obsequiado con un zumo refrescante (posiblemente el único reconstituyente sin grados o legal que ingerí durante las siguientes diez horas aparte de los deliciosos perritos que nos costaron media hora de cola) y entre los movimientos absurdos y los gallos de Doherty y el sabor a macedonia del zumillo esperé que llegase Pedro. Apareció el porteño de adopción junto a Carlos, un delicioso descubrimiento, como todo lo que Pedro trae consigo (Montanary, ¡cómo te echamos de menos!) Buscando algo de fresco y dado que no había nada interesante en el escenario (de hecho no había NADA) nos situamos en un montículo cercano a contemplar la caída del sol en el horizonte a medida que nuestra alma y sentidos comenzaban a desparramarse. Siouxie apareció y se desvaneció en la distancia.

Y fue entonces cuando todo empezó. Y comenzó con un señor entrado en kilos que dilapidó cualquier duda acerca de la sensatez de pagar noventa euros por un concierto: era Morrisey, mucho más enérgico de lo esperado, sudando como un cabrón, mezclando temas propios con otros de los Smiths - ¡¡¡hasta me enamoró con Vicar in a Tutu!!!!. Creído, vanidoso, ególatra, enérgico, parlanchín, criticón, entregado, espectacular. En fin, un conciertazo con el final agónico y maravilloso de ‘How soon is now’. No estaba Marr pero todavía quedaba algo de los Smiths…y lo mejor de Morrisey en solitario.
He encontrado una grabación medio decente del ‘Ask’ del pasado sábado. Fue de las primeras…lo sé porque Morrisey apenas sudaba pero ayuda a entender la actitud con la que vino el vocalista de los Smiths.



Pero nada es perfecto. Habría disfrutado con ‘Last night I dreamt…’ o con ‘I know it’s over’ pero como no tocó ninguna de estas canciones pero tampoco estaba presente la persona a la que se las hubiera dedicado (aunque se la echaba de menos) pues aquí va una versión en directo dedicada a esa persona de piel azul que habita en prisión, mar adentro.



¿Y después de esto qué? Pues un par de perritos calientes, unas birras, un paseo por tierras de Baudelaire y a esperar a ese grupo, reaparecido después de dieciséis años, y para cuyo concierto repartían tapones para los oídos: My Bloody Valentine.

Creo que sería casi imposible encontrar palabras para expresar lo que estos tipos (cuatro sonando como cuarenta) nos vomitaron durante la hora y pico de paso por Madrid. Desolación, ternura, intimismo, soledad, angustia, deseo, vida, muerte, desesperación, esperanza en cada tema, en cada solo, un terremoto de sonido a ocho manos (las voces eran tan inaudibles como innecesarias). El aluvión de sensaciones que desplegaron desde el escenario no tenía límites ni dejaba de crecer o transformarse, un concierto devastador. Comenzaron a erigirse desde los instrumentos como la seta de una bomba nuclear arrasando con todo y todos los que estaban frente a ellos. No tuvieron piedad ni límites, su onda expansiva nos pasó por encima desde el primer tema hasta la última (enésima) distorsión.

Todavía atónito ante el espectáculo que acababa de presenciar entré en el cuarto de baño y me sorprendí rodeado de un montón de zombies que silbaban como poseídos el pegadizo ritmillo de ‘Soon’ o 'I only said' cadáveres andantes por obra y gracia del concierto de My Bloody Valentine.

Como no hay nada decente en la web que se parezca ni de lejos a cómo suenan estos tipejos en directo adjunto ‘Soon’ en estudio…multiplicadla por una altísima potencia de megatones de watios y eso es lo que presenciamos a partir de las 00.30…



Y ahora una versión en directo de 'I only said' en el 91 en Londres...de lo poco que se escucha bien en directo.



Y sólo quedaba a estas alturas de la madrugada esperar o irnos…quedaba Mika lo que significa que no quedaba nada…pero un tipo que a las 3.30 de la mañana empieza el concierto diciendo ‘Lo tengo muy difícil después de lo que ha hecho My Bloody Valentine, será menos difícil con vuestra ayuda’ pues se merece al menos darle una oportunidad. Y la verdad es que…me lo pasé muy bien durante su actuación, fue divertida, su rollo Village People mezclado con Elton John y aromas a Suede por momentos (la verdad es que voz no le falta al chico aunque falsete y pluma le sobra) fue…lo que tenía que ser, un fin de fiesta muy divertido que puso a todo el mundo a bailar con su versión de ‘I just can’t get enough’ y de ahí todo su repertorio que, si bien es muy alegre, también es aburrido, genial para una fiesta de cumpleaños…o acabar un festival que, en este caso, mereció la pena gracias al empuje de Morrisey y al efecto radiactivo de My Bloody Valentine.