8/6/06

Una noche con...

Hoy he visto una de esas películas que nacen de la casualidad y que dicen mucho más de lo que cuentan. La película me la regaló hace algo más de 6 meses una persona a la que me unen varios desencuentros, aunque cada vez que nos encontremos sea una primera vez. Pues bien, para no enrollarme, la película en cuestión se titula “Una noche con Sabrina Love”, es argentina, protagonizada por una madura Cecilia Roth (qué alegría de años cumplidos).

El argumento, no voy a desvelar nada, versa sobre la pérdida de la inocencia y los ideales forjados durante la adolescencia, el descubrimiento del sexo, las diferencias entre el ambiente rural y la gran ciudad, la homosexualidad, en fin, argumentos varios teñidos de road-movie.

Pero a lo que iba, la peli está plagada de pequeñas reflexiones, nada baratas por otro lado. En este caso el protagonista es hijo de un cristalero (principalemente dedicado a los espejos y las ventanas). Habla de cómo la gente antes apreciaba mirar a los espejos, descubrirse en ellos, mirar a través de las ventanas, descubrir el mundo a través de ellas y así, el trabajo de su padre era, nunca mejor decho, una ventana hacia el mundo. Pero con la llegada de la primera televisión a la provincia del interior donde vivían, la gente dejó de mirar por la ventana y, al contrario, empezó a interesarse en lo que esa caja tonta les ofrecía, dejaron de mirarse en los espejos para buscarse en los héroes de la televisión. Dejaron de ser ellos para empezar a ser lo que aparecía en la tele.

Esta reflexión nada baladí me invita a deprimirme, una vez más, por la vorágine mediática en la que vivimos, unos mejor , otros peor. El éxito cada vez más consiste en salir en un programa de prensa rosa, las humanidades (junto a la religión, esto depende de los gustos y creencias) en desuso – son los forjadores de valores al fin y al cabo – el consumismo como fuente de todo placer y casi como imperativo categórico (recordemos a Manolito en Mafalda) y un vacío cada vez más creciente en el alma de todos fruto de esta moral de hojalata, “debes ambicionar más, pero cuanto más tienes más quieres, y si no lo consigues, mayor es tu frustración, pero si lo consigues, más quieres…”.



Por supuesto, las respuestas a estos problemas, como diría Dylan, siguen en el aire, lo malo es que empezamos a no hacer preguntas. Por cierto también hay un pequeño apartado para este tema en la peli, aunque os la dejo al resto para que la disfrutéis. Y, por si no queda claro, Cecilia Roth sale impresionante.